“Nací en
Larache, ya que
mis padres habían sido destinados allí desde España. Gracias a ello, pude
llenar mis ojos con la intensa y colorista luz que solo allí puede ser
apreciada, el tiempo pasa lento y pausado, la vida fue buena en aquel lugar
durante mi infancia. Me aficioné a la luz, luz sobre los árboles, entre las
hojas, dentro y fuera de mi casa, sobre las aguas; aprendí a jugar con los
colores, a rodearme de ellos, a manchar mis manos con el agua y la tierra, con
la arcilla.
Desde muy pequeña, adquirí conocimientos en
los idiomas de mi entorno perfeccionando mi educación en diferentes centros, me gustaba conversar y
conocer diferentes pueblos y culturas: árabes, marroquíes, franceses, ingleses,
españoles; todos tenían algo que ofrecerme, la universidad de la vida.
Tras mi marcha a España, mi patria, ya en mi
juventud, los recuerdos y añoranza de aquella tierra, me hicieron volcarme de
lleno en la cerámica, en ella trataba de reproducir lo visto, rememorando
recuerdos, de nuevo volvíamos a encontrarnos aunque no aún de forma definitiva.
Durante un tiempo realice diferentes actividades, fue un periodo de búsqueda
intensa. Llevé a cabo diferentes estudios en los que me formé como ceramista:
murales, azulejos, educación, obteniendo el título de diseño en artes plásticas
y cerámica artística en la Escuela de artes Plásticas y Diseño de San Telmo en
Málaga. Me aficioné a la pintura, al fuego, a las formas, a los metales y
esmaltes con sus óxidos. Hoy trabajo en mi taller en mi pequeño Larache,
enriquecido de amigos / as y de alegría. Expongo y enseño mis piezas en
diferentes lugares, van a Francia, Roma, Austria, enseño mi pequeño mundo,
muestro mi alegría, mi vida, mi gente y mi presente”.
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